Tu cuerpo que evoco
desde el tumulto de objetos transfigurados
que amalgama la conciencia
en un inextrincable patrimonio histórico-subjetivo
de sucesos afectivos-materiales
emerge con la fuerza
del deseo más nítido y trascendente
de la vida que se impone al caos,
revestido de verdad imperativa
y por tanto desesperante,
que siempre recupero
como una pulsión inconciente que se alimenta
de la voluptuosidad doliente
de algo semejante
a una tragedia consumada
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